09 diciembre, 2005

¡Feliz Navidad!

Esta bitácora quiere hacer honor a la tradición de la industrias jugueteras y de regalos, adelantándose unas cuantas semanas (e incluso meses) al magno evento del nacimiento de Jesús; más exactamente, al día elegido para conmemorarlo, ya que por aquél entonces ni siquiera existía nuestro calendario.

La verdad, es fascinante cómo ha ido adelantándose paulatinamente la época navideña estos últimos años; empezaron, sin vergüenza alguna, ajustando la fecha de inicio de campaña el 1 de diciembre, para situarse estos últimos años en el 15 de noviembre ¡antes incluso de que entre oficialmente el invierno!

Todo vale con tal de dar tiempo suficiente a los pequeños de la casa a escribir una lista de regalos bien extensa, y a que los padres ahorren para pagarla. Saben muy bien que el chantaje emocional es más fuerte conforme pasa el tiempo, y que no es lo mismo que el querubín desee un juguete con todas sus fuerzas durante una semana, a que lo lleve deseando dos meses.

Todo está tan bien estudiado, que asusta. En pos de hacer su agosto en diciembre, no dudan en transformar una fiesta de valores familiares en pura orgía materialista. La popularidad de la fecha ha hecho posible esta banalización, al permitir el uso de tácticas para crear tendencias, las cuales necesitan un contexto al que asociarse, y con el que mimetizarse para sacar provecho, al más puro inquilinismo. ¿Qué se asocia con la Navidad? Turrones, adornos navideños, regalos, cava, belenes, villancicos... se han adherido a ella de tal modo que ahora lo raro sería no verlos en esta época.

La creación de tendencias es bastante fácil. El ser humano es un animal de rutina, y si repite una rutina unas cuantas veces sin perjuicio, termina adquiriéndola. El ser humano es también mímico, y si el resto del grupo toma una rutina que no le perjudica la terminará asumiendo, sea ésta beber al salir de marcha, comer las uvas al ritmo de las campanadas, o tirar el ramo en las bodas. Destruirlas es igual de fácil, basta con seguir la rutina contraria: Si un mes decide no ir a una discoteca los viernes, y le va bien, seguramente dejará de apetecerle ir allí los viernes.

Eso ellos lo saben muy bien, por eso han buscado modos de traspasar la rutina al mayor número de gente. El simbolismo cristiano no atrae a todos, por lo que era necesario crear a un personaje bonachón, aséptico, y materialista que llegara a los corazones de todo el mundo: Papá Navidad. Sin embargo, tampoco era buena idea desaprovechar la tradición española de hacer los regalos el 6 de enero; Por eso, al llegar el 26 de diciembre la televisión abandona al anciano de la barba blanca por los Reyes Magos. Cuanto más se pueda alargar la época consumista de los regalos, mejor.

¡Desde aquí deseo una muy Feliz Navidad a todos!
... cuando llegue

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo expuso...

...y quiero la Isla Pirata de Playmobil, el Cruzada Estelar, la Máscara de Santo, un muñeco de acción de Superjamón, doscientas colillas de corcore, la reedición de "Penetrating Attack" de los Robotic Ninjas...

Ah, espera, esto no es el weblog de Santa Claws ¿No?

Que decir. Me he acordado de cuando hace unos años, cada vez que sacaban una noticia relacionada con videojuegos era para ponerlos a caer en un burro.

Conclusión servida a los espectadores: Los videojuegos son algo malo.

Pero de un tiempo a esta parte, mira tu por donde, resulta que las noticias de videojuegos hablan de que película han adaptado, o del videojuego que "tiene que ser" un superventas.

Conclusión servida a los telespectadores: Los videojuegos son algo normal.

Que yo sepa solo han cambiado tres cosas:
a)MEjora de la tecnología.
b)Los niños que se divertían con videojuegos ahora tiene dinero que gastar.
c)El sector de los videojuegos ahora factura una barbaridad.

Da que pensar...

6:38 p. m.  

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