14 diciembre, 2005

Introducción a las falacias

En previsión a una futura serie de artículos dedicados a las falacias, he decidido crear una entrada a título introductorio, para los lectores que no estén familiarizados con ellas.

Una falacia es un argumento mal construido, y por tanto, no aporta nada a favor o en contra en una discusión. Como se puede esperar, conocerlas y saber dónde fallan ofrece una ventaja muy importante durante un debate, ya que rebatir al contrario se convierte en un juego de niños. Una razón más para estudiarlas, es que ellos las utilizarán cuando deban adoptar una posición insostenible. Puesto que la filosofía se dedica en gran medida al estudio de las falacias, no es extraño que se ataque y se debilite su papel en las escuelas. El que los maestros enseñen a pensar va contra su interés.

Algunas falacias tienen como objetivo desviar la atención del oyente del punto crítico, donde el argumento se desmorona. Otras son válidas en algunos casos, pero se usan en casos donde no lo son. Algunas recurren al dicho "que los árboles no dejen ver el bosque", buscando ocultar las incongruencias creadas por unir argumentos que se contradicen, pero que - mientras se analicen por separado - son totalmente válidos. Para ser justos, no todo el que usa una falacia lo hace con ánimo de engañar, pero es muy probable que las que vea en discursos y editoriales - los cuales son redactados y escritos por un equipo de expertos cualificados - sí tengan esa intención.

Puesto que cada uno puede tener su propia idea de lo que es un argumento, no está de más dejarlo claro aquí: un argumento consta de una colección de hechos, teorías y suposiciones, llamados premisas, y una afirmación derivada de la observación de las premisas, la conclusión. Un argumento es sólido si el cumplimiento de todas las premisas implica que la conclusión es cierta. Un argumento es falaz si el hecho de que las premisas se cumplan (o no) no valida (ni invalida) la conclusión. Los argumentos se dividen en dos clases - deductivos e inductivos - dependiendo de si intentan establecer una conclusión a partir de las premisas, o una premisa a partir de las conclusiones. Por hoy, sólo mencionaré que hay que tener mucho cuidado con los argumentos inductivos, pues al poder manipularse con mayor facilidad, son más propensos a ser usados por los que profesionales de la desinformación.

Hasta dentro de cinco días.

2 Comentarios:

Blogger Killboy Powerhead expuso...

Pués esperaremos.

4:55 p. m.  
Anonymous Anónimo expuso...

Y cuándo empiezas?

4:18 a. m.  

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