08 marzo, 2006

¡Las mujeres al poder!

Para conmemorar el día de la mujer trabajadora, que ha servido, entre otras cosas, para que las familias españolas puedan permitirse el lujo de pagar más por la misma casa, el libro de las mentiras ha decidido dedicarles la entrada de hoy a estas mujeres de provecho.

La historia está llena de injusticias, y la de las mujeres no ha sido menos. En aquellos tristes y lejanos años de la revolución industrial, tanto mujeres como niños debían trabajar en condiciones injustas para que hubiera pan para la familia. La mentalidad de la época era que todos debían arrimar el hombro. Marx, gran pensador, ya denunció al pérfido capitalismo por obligar a estos seres tan puros a trabajar por un mísero salario; No obstante, en la utopía socialista, tanto mujeres como niños deberían deslomarse en pro del avance de la nación, pero ya sin injusticias: puesto que el régimen no iba a pagar salarios, era imposible que éstas se produjeran.

Hace poco, se ha vuelto a publicar el típico estudio acerca de la desigualdad de salarios, el cual se basa en hacer la media aritmética de los sueldos de todos los hombres y mujeres de una empresa. Como toda matemática recreativa, los resultados deben tomarse con mucho escepticismo; para empezar, si estas conclusiones fueran ciertas, entonces ninguna mujer querría trabajar para Microsoft, simplemente por la diferencia en la balanza que debe provocar el sueldo de Bill Gates.
Por otro lado, si fuera cierto que las mujeres cobrasen menos por hacer el mismo trabajo que los hombres (lo cual es mentira, porque es ilegal), entonces lo lógico es que los discriminados fueran los hombres, porque a cualquier empresario le saldría más rentable contratar mujeres en su lugar.

Pero, ay, que todo esto no es más que un plan trazado por ellos, los cuales lo que han buscado es una excusa para colocar a gente de sus filas en puestos de responsabilidad, que al fin y al cabo es lo que importa. Una ley de igualdad numérica, que no de oportunidades, que les permitirá agenciarse unos cuantos asientos de directivos en las instituciones y empresas más importantes del sector.

Y aún nos estarán haciendo un favor.

15 febrero, 2006

TODO POR LA EMPRESA: Ignorancia y Miedo.

Pasadas las peores fechas, se reanuda la actividad de esta bitácora con una entrada dedicada a las artes empresariales.

Las grandes empresas del mundo civilizado han dedicado gran parte de su tiempo a desarrollar diversas tácticas, no sólo para vender sus productos, sino para evitar la venta de los del rival. Una comparativa de productos, por ejemplo, es una manera simple y eficaz de poner a cada uno en el lugar que le corresponde.

Por eso hay que evitar que se conozcan.

IBM es famosa por sus aportaciones al mundo de la informática, pero un hecho menos conocido es que también inventó una táctica empresarial conocida en América como FUD: Fear, Uncertainty and Doubt (inseguridad, indecisión y miedo). La idea consiste en asociar algún concepto sonoro a la marca, como estabilidad, eficacia, confianza - para que sus productos brillen con la luz de los justos - al tiempo que se envuelve metafóricamente a la competencia tras un halo de ignorancia, sospechas, e inseguridad, en un intento de relegarla a las tinieblas, donde será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Te apetece ir a comer a un chino?
La estrategia se apoya en la irracionalidad del hombre, que reacciona a lo desconocido con miedo y violencia. Este interés por hacer el blanco es el que obliga que se designe a los rivales como la competencia, a secas, evitando toda mención de su nombre: al darle un nombre a algo, se le termina cogiendo cariño, y esto va totalmente en contra del propósito de la campaña.

Históricamente se ha asociado el FUD con la informática, debido al temor reverencial que inspira tanto en versados como no versados. No obstante, su éxito ha propiciado su exportación a otras industrias, como la del automóvil, o los fabricantes de detergente. El efecto es tanto mayor cuanto más inescrutable sea el producto, de ahí que se inventen cosas tan útiles y provechosas como la lista de aditivos.

Por supuesto, apelar al miedo del consumidor no es la única forma que tienen ellos de sacar partido de la irracionalidad del hombre; el resto de instintos también resultan ser muy provechosos. En futuras entradas se ahondará más en ello. ¡Hasta dentro de cinco días!

26 diciembre, 2005

Continúan los retrasos...

Debido a problemas de conexión, fiestas navideñas, y la necesidad de dar los últimos retoques a un proyecto personal importante, es necesario volver a retrasar un día la publicación de la siguiente entrada.

Gracias por su paciencia,
La dirección.

20 diciembre, 2005

El computador más poderoso del mundo

Suponga que es un científico muy eficiente, al que ellos han encargado que resuelva un problema muy importante de alto secreto. Es necesario guardar la máxima discreción, ya que filtrar alguno de los descubrimientos/secretos de la organización está severamente castigado, puede que incluso con la muerte.

Suponga además que se encuentra en algún momento de la historia entre el S. XIX y mediados del S. XX, donde no puede ayudarse de ningún supercomputador que le ayude a resolver determinados cálculos que son muy complejos. ¿A qué puede recurrir?

Pulse para ver la solución

Efectivamente. A los pasatiempos. Ocultando su problema dándole la apariencia de un pasatiempo, puede publicarlo de manera miles de personas trabajen para usted durante su tiempo libre, y además sin tener que pagarles.
Normalmente, el pasatiempo ofrece una recompensa para aquél que logre resolverlo, exigiéndole que además explique el procedimiento utilizado, para verificar que es correcto. Así, si alguien encuentra por casualidad el método general para resolver esa clase de problemas, eso que se gana. Normalmente se deja pasar bastante tiempo antes de publicar la solución, debido en gran parte a que no se dispone de ella. Cuando ha pasado una cierta cantidad de tiempo sin que nadie haya logrado encontrar una mejor solución, ésta se convierte en la solución oficial del problema.

El cubo de Rubik, el tetris, los puzzles deslizadores, y más recientemente, el sudoku, son pasatiempos muy populares que encierran en su interior un problema matemático, en el que algún científico tenía interés por hallar una solución, o al menos, una heurística eficiente. El cerebro de una persona es falible, pero su capacidad para resolver problemas sobrepasa todavía en mucho a los ordenadores más modernos, lo que convierte por ahora al conjunto de la humanidad en la red de computadores más poderosa del mundo.

¿Le parece ahora menos extraño que ofrezcan premios por resolver los sudokus?

14 diciembre, 2005

Introducción a las falacias

En previsión a una futura serie de artículos dedicados a las falacias, he decidido crear una entrada a título introductorio, para los lectores que no estén familiarizados con ellas.

Una falacia es un argumento mal construido, y por tanto, no aporta nada a favor o en contra en una discusión. Como se puede esperar, conocerlas y saber dónde fallan ofrece una ventaja muy importante durante un debate, ya que rebatir al contrario se convierte en un juego de niños. Una razón más para estudiarlas, es que ellos las utilizarán cuando deban adoptar una posición insostenible. Puesto que la filosofía se dedica en gran medida al estudio de las falacias, no es extraño que se ataque y se debilite su papel en las escuelas. El que los maestros enseñen a pensar va contra su interés.

Algunas falacias tienen como objetivo desviar la atención del oyente del punto crítico, donde el argumento se desmorona. Otras son válidas en algunos casos, pero se usan en casos donde no lo son. Algunas recurren al dicho "que los árboles no dejen ver el bosque", buscando ocultar las incongruencias creadas por unir argumentos que se contradicen, pero que - mientras se analicen por separado - son totalmente válidos. Para ser justos, no todo el que usa una falacia lo hace con ánimo de engañar, pero es muy probable que las que vea en discursos y editoriales - los cuales son redactados y escritos por un equipo de expertos cualificados - sí tengan esa intención.

Puesto que cada uno puede tener su propia idea de lo que es un argumento, no está de más dejarlo claro aquí: un argumento consta de una colección de hechos, teorías y suposiciones, llamados premisas, y una afirmación derivada de la observación de las premisas, la conclusión. Un argumento es sólido si el cumplimiento de todas las premisas implica que la conclusión es cierta. Un argumento es falaz si el hecho de que las premisas se cumplan (o no) no valida (ni invalida) la conclusión. Los argumentos se dividen en dos clases - deductivos e inductivos - dependiendo de si intentan establecer una conclusión a partir de las premisas, o una premisa a partir de las conclusiones. Por hoy, sólo mencionaré que hay que tener mucho cuidado con los argumentos inductivos, pues al poder manipularse con mayor facilidad, son más propensos a ser usados por los que profesionales de la desinformación.

Hasta dentro de cinco días.

09 diciembre, 2005

¡Feliz Navidad!

Esta bitácora quiere hacer honor a la tradición de la industrias jugueteras y de regalos, adelantándose unas cuantas semanas (e incluso meses) al magno evento del nacimiento de Jesús; más exactamente, al día elegido para conmemorarlo, ya que por aquél entonces ni siquiera existía nuestro calendario.

La verdad, es fascinante cómo ha ido adelantándose paulatinamente la época navideña estos últimos años; empezaron, sin vergüenza alguna, ajustando la fecha de inicio de campaña el 1 de diciembre, para situarse estos últimos años en el 15 de noviembre ¡antes incluso de que entre oficialmente el invierno!

Todo vale con tal de dar tiempo suficiente a los pequeños de la casa a escribir una lista de regalos bien extensa, y a que los padres ahorren para pagarla. Saben muy bien que el chantaje emocional es más fuerte conforme pasa el tiempo, y que no es lo mismo que el querubín desee un juguete con todas sus fuerzas durante una semana, a que lo lleve deseando dos meses.

Todo está tan bien estudiado, que asusta. En pos de hacer su agosto en diciembre, no dudan en transformar una fiesta de valores familiares en pura orgía materialista. La popularidad de la fecha ha hecho posible esta banalización, al permitir el uso de tácticas para crear tendencias, las cuales necesitan un contexto al que asociarse, y con el que mimetizarse para sacar provecho, al más puro inquilinismo. ¿Qué se asocia con la Navidad? Turrones, adornos navideños, regalos, cava, belenes, villancicos... se han adherido a ella de tal modo que ahora lo raro sería no verlos en esta época.

La creación de tendencias es bastante fácil. El ser humano es un animal de rutina, y si repite una rutina unas cuantas veces sin perjuicio, termina adquiriéndola. El ser humano es también mímico, y si el resto del grupo toma una rutina que no le perjudica la terminará asumiendo, sea ésta beber al salir de marcha, comer las uvas al ritmo de las campanadas, o tirar el ramo en las bodas. Destruirlas es igual de fácil, basta con seguir la rutina contraria: Si un mes decide no ir a una discoteca los viernes, y le va bien, seguramente dejará de apetecerle ir allí los viernes.

Eso ellos lo saben muy bien, por eso han buscado modos de traspasar la rutina al mayor número de gente. El simbolismo cristiano no atrae a todos, por lo que era necesario crear a un personaje bonachón, aséptico, y materialista que llegara a los corazones de todo el mundo: Papá Navidad. Sin embargo, tampoco era buena idea desaprovechar la tradición española de hacer los regalos el 6 de enero; Por eso, al llegar el 26 de diciembre la televisión abandona al anciano de la barba blanca por los Reyes Magos. Cuanto más se pueda alargar la época consumista de los regalos, mejor.

¡Desde aquí deseo una muy Feliz Navidad a todos!
... cuando llegue

04 diciembre, 2005

La Magia de los Números (I)

Algunos temas que planea tratar esta bitácora son demasiado extensos para ser tratados en una única entrada. Por ello, se ha optado por crear varias secciones para irlos comentando en varias entregas.

En esta sección se hablará de las diversas técnicas que ellos utilizan comúnmente para manipular cálculos y estimaciones estadísticas, de modo que resulten coherentes con sus argumentos, y les den una apariencia más verosímil. En la medida de lo posible, se utilizará en los artículos un lenguaje poco denso en términos matemáticos y estadísticos, de modo que su lectura resulte más amena.

Hoy empezaré con algo sencillo: la selección de unidades y el error de redondeo. A continuación explicaré en qué consiste.

Cada vez que es necesario medir una cosa - como la profundidad de una fosa, la velocidad de un cometa, o el número de personas que siguen un programa de televisión - es necesario compararla con otra medida de referencia, a la que se le asigna el valor 1 (de ahí que se las llame unidades de medida). Los científicos utilizan comúnmente el sistema internacional de unidades, aunque cualquier otra puede valer mientras su valor sea constante.
Dependiendo de lo que se quiera medir, estas unidades pueden ser demasiado grandes, o demasiado pequeñas. En ese caso, se suelen utilizar fracciones o múltiplos de estas unidades para mayor comodidad. Por ejemplo, en vez de medir la longitud de un llavero en metros, probablemente se utilizará el centímetro.

El error de redondeo ocurre cuando la medida exacta de una cosa no puede expresarse con las unidades utilizadas. Por ejemplo, un monitor mide más que la palma de mi mano, pero menos que dos veces la palma de mi mano. Si digo que el monitor mide 1 palma, estaré cometiendo un error por defecto, si digo que el monitor mide 2 palmas, el error será por exceso. Lo usual es redondear al número más próximo, pero nunca debe darlo por supuesto, ya que no es ilegal utilizar otros métodos de redondeo, ni tienen ellos el deber de informárselo. De hecho, lo más normal es que utilicen aquél que mejor se ajuste a sus fines.

La lógica lleva a pensar que conforme menor sea la unidad de medidad utilizada, menor será el error de redondeo, porque eso hará más precisos los datos. Intuitivamente, si en vez de palmas utilizo mi pulgar, la medida será más fiable ¿no?

Sin embargo, esto no siempre es así. Al calcular valores relativos (por ejemplo, número latidos por minuto), los datos poseen un margen de error llamado error estadístico, que es más relevante conforme menor sea la unidad utilizada. Imagine una máquina que durante 24 horas registra cada hora el número de coches que ha entrado en un túnel, e imagine otra que durante una hora registra el número de coches por minuto que entran en el túnel. Para minimizar el error cometido se calcula el promedio de los valores registrados, el cual también es susceptible de ser redondeado.

La primera máquina devolverá el promedio de coches por hora; la segunda devolverá el promedio de coches por minuto, y será más precisa por trabajar con 60 muestras en vez de 24. No obstante, vea lo que ocurre cuando se intentan usar estos valores para calcular el número de coches que cada año entran en el túnel.

En el primer caso, el error total se multiplicará por 8.766 (esto es, es el número de horas en un año), mientras que en el segundo, el error se multiplicará por 525.960. Claramente, el resultado se desvirtúa mucho más al usar los datos de la segunda máquina, pese a usar el doble de mediciones.

Hasta dentro de cinco días, y recuerde que cada 5 segundos muere de hambre un niño en el mundo.